SOBRAN ENTRADAS
A falta de dos meses para el inicio del Mundial queda todavía como mínimo medio millón de localidades sin dueño y ni la FIFA ni el Comité Organizador Local (LOC) están en condiciones de garantizar que los estadios sudafricanos se llenarán durante el campeonato."Me gustaría decir que sí", dijo alzando las cejas este viernes en Soweto Jerome Valcke, secretario general de la FIFA, durante una rueda de prensa dedicada a hacer balance sobre la cuarta fase de venta de localidades, a presentar las novedades acerca de la quinta y última y a mostrar el aspecto físico que tienen las entradas.
"Lo importante no es vender todas las entradas sino que todos los asientos estén ocupados durante los partidos", añadió Valcke, que teme que patrocinadores que no vayan a utilizar los billetes que por derecho les corresponden no los devuelvan a tiempo para que otras personas hagan uso de ellos.
"Queremos asegurarnos de que todos los estadios están llenos y todo lo que podamos hacer para conseguirlo lo haremos en los próximos 62 días", añadió Valcke.
La gran novedad de la quinta y última fase de venta de entradas es que los sudafricanos podrán adquirirlas en lugares especialmente habilitados para ellos: once centros de venta de la FIFA en las nueve ciudades sede, 16 almacenes de la cadena de supermercados Checkers y 600 oficinas del banco FNB.
El propio Joseph Blatter, presidente de la FIFA, escuchó quejas de los sudafricanos en su última visita al país, cuando quedaban cien días para el inicio del Mundial y le explicaron que la compra por Internet no es un sistema que se adecúe a su idiosincrasia.
"Quizás no era el sistema más adecuado para los sudafricanos", reconoció Valcke, quien señaló que "nunca es tarde para aprender" y que los aficionados tienen a partir del próximo día 15 tiempo suficiente para adquirir sus entradas en mano, a la vieja usanza, como en el cine.
Lo cierto es que hasta el momento se han vendido 2,2 de los tres millones de entradas disponibles para los 64 partidos, y que la respuesta de los europeos no está siendo la que se previó en un principio, aunque nadie se aventura a decir cuántos vendrán finalmente.
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