martes, junio 29

NO SE LO MERECÍA NINGUNO

El entrenador Gerardo Martino terminó llorando. Los paraguayos, como una pequeña llama albirroja que ardía en medio de un mar azul, celebraban el más grande logro que habían alcanzado. Ya están en cuartos de final por primera vez... y quieren más.
Lo que más impactó a Martino, sin embargo, fue la sangre fría del atacante Oscar Cardozo, quien le pidió que lo ubicara como el último hombre para disparar los penales.
"Con un jugador así, al que le sobran tantas agallas, hay que rendirse...", exclamó el técnico.
La suerte determinó que el quinto hombre tuviera el destino en sus pies. Quiso que ese fuera el momento decisivo del partido.
Cardozo no falló. Paraguay venció 5-3 a Japón en definición por penales tras empatar 0-0 en 120 minutos de juego.
El Loftus Versfeld Stadium, en Pretoria, se quedó en silencio porque la gran mayoría de aficionados que asistieron apoyaban a los samurais.
Edgar Barreto, Lucas Barrios, Cristian Riveros, Nelson Haedo Valdez y Cardozo acertaron los cinco penales albirrojos.
Como siempre en su historia, este pequeño país sudamericano, se creció ante el desafío y prevaleció en el momento que había que hacerlo.
Es la primera vez que los guaraníes llegan a cuartos de final en una Copa del Mundo, en sus ocho participaciones.
Por eso las lágrimas derramadas por Martino, consecuencia de una profunda emoción.
"Estas lágrimas se debieron a la tensión y angustia del partido'', comentó el estratega argentino. "Llegar a los penales fue un esfuerzo muy grande y a veces llorar desahoga. ¿Por qué no hacerlo?".
Paraguay no cometió errores durante el encuentro. Japón sólo uno, cuando Yuichi Komano estrelló uno de los penales en el travesaño y con ello se desequilibró finalmente el resultado.
La velocidad de los orientales era una amenaza constante, pero los sudamericanos contrarrestaron esa virtud del rival con su marcación implacable, con rotación de la pelota y toques en primera.
Los samurais azules resultaron un adversario incómodo debido a la perseverancia y tenacidad. Estaban encima siempre y jamás daban por perdido un balón.El partido fue muy equilibrado, con intensa lucha por el control del medio campo.
Muchos años atrás, en Argentina, a los que no sabían jugar fútbol les decían japoneses. Las vueltas que da la vida. Ahora han aprendido, están en el Mundial y le dan batalla a cualquiera. Para vencerlos hay que ir hasta el límite.

0 comentarios:

Publicar un comentario